-“Dejad que los enjambres se acerquen a mí”, (El último enjambre)
Hace unas semanas, llegué al tallercito de mi padre, y vi cómo en el frontal de una tabla de las que gastamos para la construcción de nuestras colmenas, estaba esa frase escrita en lápiz. Mi padre me explicó que se le había ocurrido ese eslogan y que sintetizaba la ideología de la asociación, una asociación que hoy se ve huérfana, ¡la noticia que jamás me gustaría tener que daros!
Salvador, nuestro fundador, nuestro ideólogo, el descubridor de la “esencia milenaria”. Aquella persona que mantenía las colmenas suspendidas de una percha, mi padre. Vino el jueves por la tarde a darme una buena noticia: después de mucho tiempo de reserva y preparación por parte de un enjambre emisor, por fin un nuevo enjambre se había decidido a venir a nuestra casa, a su casa, a la casa que él había preparado para ellas.
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Año tras año, recibimos en el pequeño patio del tallercito de mi padre, entre uno y tres enjambres anuales, este año, la cosa se resistía porque la severa sequía del año pasado, había debilitado mucho a todos los enjambres emisores de los alrededores y porque mi padre decidió hacer unas reformas semanas atrás en ese espacio, las exploradoras daban mensajes contradictorios sobre la idoneidad del lugar.
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Es una sensación indescriptible, el presenciar la llegada de un enjambre, ese zumbido, entre la protección de sus individuos por el efecto llamada, y la señal de aviso a depredadores, ese volar de miles de individuos, en apariencia errático, en resumen, el desplazamiento de toda una población. ¡Te han elegido, confían en ti! les ofreces algo que ellas necesitan, y aceptan el que tú y tus demás enseres estéis cerca, si te atreves, puedes permanecer allí, sin protección alguna, en medio de todas esas abejas que vuelan a tu alrededor, intentando descifrar los mensajes transmitidos por las exploradoras que llegaron antes, para encontrar al fin, el lugar prometido.
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Mi padre y yo, hemos compartido muchos de esos momentos en los últimos años, ambos con los ojos humedecidos, la sensación de presenciar el nacimiento de una colonia de abejas, tan solo en mitad de esa ceremonia, solo en esos momentos se puede comprender, solo entonces se puede transmitir el verdadero sentimiento de protección que mi padre quería ofrecer, solo en ese viaje iniciático con tu progenitor, eres capaz de apreciarlo y valorarlo.
Decía que le dolía la ingle que creía que la hernia iba a volver a molestarle y que por eso había tomado el autobús, en vez de venir a pie tal y como siempre hacía, horas más tarde volvía a llamarnos desde su casa, nos pedía que le acompañásemos al hospital. Al día siguiente los médicos nos “congelaban”, con la noticia de que en mitad de unas pruebas, las ya finas paredes de su aorta, a la altura de la bifurcación con las femorales, no habían soportado la presión de su fuerte corazón, nos decían que le quedaban minutos de vida.
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A su nieto Mark y a mí, nos queda a ahora su legado, la responsabilidad enorme de seguir con su tarea, he de terminar las colmenas que, anteayer mismo construíamos juntos como un equipo, he de mantener muy fresca su memoria, cada palabra, cada idea, cada concepto. He de enfrentarme solo a un taller vacío, con todas sus herramientas, todos los útiles que construimos para terminar nosotros ahora su labor.
He de dejaros, su último encargo fue acogiera convenientemente a su, ÚLTIMO ENJAMBRE.
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En memoria de Salvador Andrés Santonja, nuestro fundador y mi padre.
Molts ànims, amic, m’has fet plorar al llegir el teu sentit homenatge. Tenies un pare extraordinari: pot estar-ne ben orgullós.
Una forta abraçada!!!
Triste noticia que irremediablemente la vida nos trae un día.
Para los que hemos conocido a Salvador Andrés Santonja, y le hemos escuchado es imposible no vibrar con el zumbido de una abeja sin acordarnos de él. Mi hijo era pequeño cuando lo conoció en un fin de semana visitando las estaciones polinizadoras de la Font Roja y todavía se acuerda bastante bien de él. Era una persona de las que dejan huella. Un hombre excepcional que te transmitía su amor por las abejas aunque nunca las hubieras visto. ¡Cómo me hubiera gustado volver a escuchar sus historias!.
Se ha despedido con la alegría de acoger un enjambre nuevo y nos deja un legado precioso de sabiduría y un hijo que afortunadamente sigue sus pasos para que podamos seguir disfrutando de tanto valor apicultural.
Gracias Salvador por tu dedicación a proteger las abejas.
Un fuerte abrazo a la familia.
Buenas tardes Salvador,
Me dejas sorprendido por tan triste noticia.
Lo he visto hace muy poco por la calle como lo veía cada semana.
Siento mucho esta pérdida porque era un hombre con unos valores muy buenos, daba siempre buenos consejos, siempre tenía una anécdota para contarte en relación a cualquier situación que le comentaras y, en definitiva, era «» Una Buena Persona»».
Seguro que ese pin lo llevas con orgullo, y continuas la labor tan importante a la que tu padre, Salvador, dedicó tanto tiempo, tanta devoción y tan buen hacer.
Änimo y estate tranquilo porque Salvador siempre estará en la memoria de todos como «» Una muy Buena Persona «»
Un abrazo,
José Luis
Salvador, recibe mi más sentido pésame por el fallecimiento de Salvador padre, a quien tanto admiraba.
Te deseo a tí y a tu familia la fuerza necesaria para seguir adelante con vuestra magnífica labor.
Un abrazo con todo mi cariño.
Javier
Buenas Salvador,
Soy Carmen de Tibi, qué triste noticia lo lamentamos mucho. Tuvimos la suerte de conocer a tu padre un domingo por sorpresa en la colmena íbera de Tibi y nos pareció un señor súper encantador y humilde como los grandes sabios. Nunca olvidaremos esa charla tan interesante que nos dejó cautivados y nos acercó a entender la importancia de las abejas para seguir sobre viviendo en este mundo.
Recibe un gran abrazo de Tomás y Carmen de Tibi.
Seguimos en contacto y puedes estar seguro que ese pin te guiará en tu trabajo diario, como una brújula.
Que la tierra le sea leve a esta gran persona que es tu padre.
Molt d’ànim, Salvador.
Tinc molt bon record de ton pare. El vaig conéixer a la Font Roja, sempre embolicat en projectes al voltant de les abelles, sempre gustós d’explicar-me coses sobre la seua vida, sempre tan inquiet i tan apassionat. Una gran persona. De segur que estaràs molt orgullós d’ell.
Una abraçada.
Buenos días Salvador.
He tenido la suerte de conocer a tu padre personalmente, siempre de buen humor y con anecdotas nuevas.
Me quedo con esos momentos y esos recuerdos, descanse en paz.
Un abrazo y hasta pronto.
Juan Segura.
Os acompaño en el sentimiento a toda la familia, por esta triste perdida…pero también veo que ha dejado mucha vida detrás… y eso es lo Grande del Universo.
La memoria de Salvador quedará en la Historia a tramite estas Colmenas y tal vez ese zumbido de Abejas que producen esa miel y ese propolio tan necesario para el ser humano lo seguirá recordando.
Adelante con su obra pues… Os deseo muy buena Fortuna!
Pilar Tafalla.
Le conocí poco, coincidí con él apenas en dos o tres ocasiones, y descubrió en los que le escuchábamos una visión nueva y totalmente diferente de todo ese universo de las abejas.
Menos mal que Salvador hijo será, seguro, el continuador de esa sabiduría y ese amor por la Naturaleza.
Somos bastantes los que nos hemos «enganchado» con vuestro trabajo.
Un gran abrazo para la familia y toda la familia de los amantes de las abejas, que ahora tenemos que apoyar más que nunca.