El NIP modular de múltiples cuerpos.

Hoy he dejado que el discurso fluya hacia las características de una de las herramientas, de las que nos valemos para ayudar a las abejas, hacia los receptáculos de colonias, los NIPs, intentando contestar la pregunta de, por qué seguir probando nuevos modelos de nido.

Cambiar una y otra vez de modelo de nido, ¡seguir experimentando!, es algo que hacía con frecuencia Salvador, nuestro fundador. Todo cambia a nuestro alrededor, también los muebles y las conductas deberían revisare con frecuencia…

En los últimos años de actividad asociativa, ya habíamos tenido que discriminar entre dos modelos de NIP, unos de aproximadamente 20 litros de capacidad y otros de alrededor de 40, porque observamos que el tamaño de los enjambres silvestres ha descendido dramáticamente, al tiempo que sus posibilidades de supervivencia.

Así las cosas, un enjambre tipo de los que se suelen ser acogidos en los últimos años, tiene un exceso de espacio en un primer año, dentro de un NIP de 40 l. Aumentaba mucho las posibilidades de supervivencia si, en parecidas condiciones, elegía un NIP de 20 litros.

Tan solo una primavera después el espacio se quedaba pequeño y obligaba una nueva enjambrazón, nuevamente, emisión de enjambres poco populosos que tenían el mismo problema que su antecesor. Era mucho menos frecuente que las abejas que entraron en NIPs de 40 litros pasara el invierno, pero cuando esto era posible, las colonias maduraban y eran capaces de emitir enjambres algo más populosos con mayores posibilidades de supervivencia después.

Tras muchas de estas observaciones nos dimos cuenta de que nuestros NIPs debían aproximarse más a las necesidades de las colonias, con oscilaciones muy importantes en su población, pensamos que el mueble, debía de estar tan (vivo) y ser tan flexible como la propia colonia para poderse ajustar tanto al desarrollo de la primavera, como al recogimiento del otoño, en miras a poder planificar mejor el espacio para la invernada. Luego en primavera necesitan revitalizarse con nuevos panales y nuevo espacio.

El desarrollo de lo venimos en llamar “Apicultura Medioambiental”, tiene mucho que ver con observar y respetar esas idas y venidas de la población; un espacio desmedidamente grande en verano con presencia de panales de sobra, puede ser el inicio del ataque de las polillas, por otro lado, un espacio hueco en verano, obliga a las abejas a vivir en un entorno en el que tienen dificultades para mantener la temperatura ideal para la incubación, en invierno con el frío, es todavía más importante y lógico tener el espacio ajustado.

Nos valemos de las experiencias y la intuición, para ir definiendo los tamaños personalizados que necesitan nuestras colonias, ello claro implica visitas frecuentes a las estaciones polinizadoras, intervenciones y ajustes en el mueble, para acompasarse a esta población que, crece y mengua a merced del flujo de néctar y polen que encuentran en las flores.

Todo este desarrollo debería verse reflejado poco a poco en algún tipo de escrito o «Manual del Apicultor Medioambiental”, poco a poco estamos perfilando cómo deberían establecerse las pautas, los factores de deberíamos observar, los signos que nos indicarían que estos cambios en la configuración son necesarios. La disposición, válida para un momento determinado, puede ya no ser la ideal unos meses más tarde, en otra foto fija de la existencia de la colonia, siempre con el fin de perpetuar su función polinizadora, o al menos prolongarla lo máximo posible.

Estamos ya pensando en crear ese manual, compendio de las observaciones en esta última etapa y también en invitaros a que asistáis a los cursos que queremos empezar a impartir ya en la próxima primavera en Buixcarró, donde como sabéis, concentramos gran parte de nuestra actividad divulgativa de campo.

Dadme un poco más de tiempo.

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