Un enjambre en la ducha: historia de un rescate inesperado

La naturaleza no deja de sorprendernos, y ayer vivimos uno de esos momentos que se graban en la memoria como si fueran escenas de una película. A media tarde, recibimos un aviso urgente de la Policía Local de Cocentaina: un enjambre de abejas había aparecido en el interior de una vivienda particular. Y no en cualquier sitio… sino en el cuarto de baño. Sí, en la ducha. Literalmente.

Cuando llegamos, lo que nos encontramos fue un enjambre enorme, bien compacto y perfectamente organizado, ocupando una de las esquinas superiores del baño, entre el alicatado y el techo. Una imagen tan impresionante como bella. Las abejas, probablemente en tránsito tras abandonar una antigua ubicación, habían encontrado ese refugio provisional, guiadas por el instinto de supervivencia y la necesidad de reorganizarse como colonia.

La operación de rescate

Con la colaboración de los vecinos y el apoyo de los agentes, procedimos a realizar una extracción respetuosa, sin dañarlas y procurando que todas las integrantes del enjambre —reina incluida— fueran recogidas de forma segura. Un trabajo delicado, pero que llevamos a cabo con la experiencia que dan los años y el compromiso de siempre: proteger la vida silvestre, una abeja a la vez.

Una vez asegurada la colonia, la transportamos con sumo cuidado al Albergue Apícola Municipal, donde ya teníamos previsto el lugar ideal para su reubicación. Optamos por la posición 9 de la bancada, una colmena que había quedado vacía tras el fracaso de una partición anterior. Lo que antes fue un intento fallido, ahora se ha convertido en una nueva oportunidad de vida.

El nuevo hogar

Al llegar, las abejas reconocieron rápidamente la entrada de la colmena y comenzaron a instalarse con naturalidad. Observamos una entrada ordenada, sin conflicto alguno, lo que siempre es un buen indicador. La energía y el volumen de la colonia prometen un desarrollo fuerte si las condiciones acompañan.

Este tipo de intervenciones nos recuerda por qué hacemos lo que hacemos. Las abejas no sólo son esenciales para los ecosistemas —por su labor como polinizadoras—, sino también un termómetro vivo del equilibrio entre lo urbano y lo natural. Su aparición en lugares insólitos no es un capricho, sino un síntoma: están buscando espacio en un mundo que muchas veces se les ha vuelto inhóspito.

Gracias y compromiso

Queremos agradecer profundamente a la Policía Local de Cocentaina, a la familia que dio aviso, y a todas las personas que entienden que convivir con la biodiversidad es un acto de respeto y responsabilidad. Y desde Abeja Silvestre, reafirmamos nuestro compromiso con el rescate y cuidado de enjambres, con la apicultura sostenible y con la educación ambiental como herramienta para transformar.

Porque cada abeja cuenta. Porque cada hogar nuevo es una semilla de futuro.
Y porque la próxima vez que alguien diga que la naturaleza no tiene sentido del humor, le mostraremos esta historia… de un enjambre en la ducha.

Seguimos!!

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.